Perspectivas y desafíos para la Mesa de Cruceros
Con un calendario bastante periódico de reuniones con miras a coordinar hasta el último detalle de la asistencia al SeaTrade Global Cruise 2020, la Mesa de Cruceros realizó una nueva sesión en las instalaciones de la estatal Puertos de Talcahuano.
Rodrigo Monsalve, gerente general de la empresa portuaria explica que los miembros de la instancia se encuentran trabajando en el desafío a corto plazo que “nos hemos autoimpuesto como es el próximo Seatrade que se desarrollará en el mes de abril en la ciudad de Miami”.
El ejecutivo portuario manifiesta que esta es la cuarta vez que asisten, y en su opinión, lo principal sería “concretar la invitación a los planificadores navieros a la Región del Biobío. En eso Sernatur entregó las buenas noticias que el FNDR ha aprobado el programa de turismo regional, en donde está considerado un ítem para esta acción”.
Indica que al ser una feria internacional hay que presentar un sinfín de detalles que se deben preparar, dejando fuera las improvisaciones en el momento, ya que “la inversión en recursos es bastante alta y por eso los integrantes de la mesa lo han tomado con la seriedad correspondiente”.
Trabajo colaborativo y Mercado
De acuerdo al informe de 2019 de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) se estima que para este año la industria alcanzaría los 32 millones de pasajeros.
Es así como se prevee que casi la mitad de los cruceristas provendrá de Norteamérica (14,24 millones), seguido de lejos por los viajeros de Europa Occidental (6,73 millones), Asia (4,24 millones) y Australia-Pacífico (1,46 millones).
Según Monsalve, es importante distinguir que existen dos mercados que son muy distintos: el de los pequeños y los grandes cruceros, y en el caso de los últimos, las decisiones son tomadas a mediano y largo plazo, y que “en mi opinión se debería poner énfasis en la invitación a sus planificadores”. Considera que el que acepten la invitación ya es un éxito, pero que también es importante el que conozcan las condiciones de atención a la nave y la oferta turística de la zona.
Agrega que el crucerista es un turista especial, siendo “el de las naves pequeñas quien viaja a un destino específico y especial; y el de cruceros masivos, llamémosle así, es el que busca experiencias únicas”.
Otro punto que resalta es la alianza estratégica entre la Mesa de Cruceros y Asmar. Explica que se está trabajando de manera muy coordinada, porque las naves llegan a recibir los servicios a los astilleros, de manera tal que “una vez que cierran esos acuerdos comerciales, nosotros como instancia activamos todos los servicios que se le puedan entregar para darle una buena atención”.
En ese sentido, releva la elección de Talcahuano como homeport de la naviera francesa Ponant, indicando que es una señal también para el mercado de los cruceros, “porque si están viniendo para acá, el resto de las navieras, también empiezan a venir hacia acá”.
Respecto a la recepción y despacho de los cruceros sostiene que una de las grandes pruebas que tuvieron fue con la llegada del Island Sky de Noble Caledonia, ya que con los protocolos coordinados con los servicios públicos permitieron que “en 48 horas lográramos armar y entregar una atención de excelente calidad. Si no hubiese existido la Mesa de Cruceros eso no habría sucedido porque se tuvo que interactuar entre muchos actores de distintas partes, quienes pusieron toda la voluntad para alcanzar el éxito”.
Otra mirada a lo cotidiano
El estudio de la CLIA estable que los pasajeros gastan 376 dólares (337 euros) en las ciudades antes de embarcar en un crucero y gastan 101 dólares (90,7 euros) en cada destino portuario que visita el buque.
Es importante precisar, que, si bien una nave puede tener 3 mil pasajeros, es muy difícil que bajen más de 1500, lo normal es que descienda la mitad, “porque no todos bajan en todos los puertos” comenta Monsalve.
En cuanto a la oferta turística declara que va evolucionando de acuerdo a la interacción con la misma gente, “acá es súper interesante cuando viene alguien de afuera y nos abre los ojos a lo que tenemos. El tema del avistamiento de aves lo vemos todos los días, pero no lo considerábamos como atractivo”.
“Otro caso es la Caleta Tumbes, que la considerábamos como sector turístico por ser, efectivamente, una caleta, pero pasábamos todos los días por ahí y uno de nuestros asesores nos dijo ‘esto es único en el mundo’ cuando vio a los carpinteros de ribera reparando embarcaciones en la orilla. Son ese tipo de cosas, las que vamos agregando como destinos de la Región” finaliza.